viernes, 19 de junio de 2009

Big Lecumberri

"El Palacio Negro", obra del maestro Ripstein que devela la interioridad de la vida de la edificación, de sus protagonistas y antagonistas, que supera las celdas y con libertad nos expone a veces chusca, otras mordaz y generalmente crudamente, lo que es vivir dentro de una de las prisiones mas famosas de México.
El contexto es el retrato del lugar, de sus habitantes y del modus vivendi, la coreografía diaria que se desarrolla para quienes mantienen viva la prisión.
Al inicio del documental, total polarización de lo que veremos al final del film, el grupo de reos caminando pesadamente, inciertos...
Ripstein hace un estudio del espacio mediante la biodiversidad que lo conforma, hace un retrato de la intimidad, las paredes parecen hablarnos y los personajes toman vida, no se si por la cámara, no se si porque es característica en ellos adoptar los roles que una prisión obliga.
Es una mirada voyeurista de la vida dentro de Lecumberri, cada aspecto es tratado a detalle, cada entrevista, cada diálogo improvisado entre reos, una suerte de teatro donde los actores son obligados por las mismas condiciones a proponernos una puesta que a veces puede caer en lo fársico, pero es totalmente cierto, es creíble y supone una experiencia íntima en el espacio retratado.
Tanto en su forma y contenido son redondos y encajan perfecto los engranajes de la realización, sobrado está el discurso de propaganda comunista a mi parecer largo y tedioso puesto que el mismo personaje-reo dista mucho de simpatía con la cámara y el espectador.
Palacio Negro es una historia redonda, el principio y el final son bienvenidos, aunque a momentos parecen perfectamente armados en lo que a logística espacio temporal respecta en aras de controles del realizador, sin embargo se siente ese dejo de linealidad diegética que el documental nos viene presentando a lo largo de su duración.
Es también interesante el interés de Ripstein por mostrarnos la realidad en una de las prisiones mas famosas de México, testigo de la historia del la modernidad mexicana que ofrece un espacio panóptico en aras de hacer brillar el sistema penitenciario y de control perfectos, aunque en el film, es claro apreciar la atmósfera de olvido que va dejando la prisión tras de sí debido a su próximo cierre.
Las figuras de autoridad claramente se disfrazan de una ética inquebrantable al sentirse observados por la cámara. Creo que es un contraste interesante ya que los reos no derrochan hipocresía, mas bien dejan un sabor de cinismo ya que los vemos en ocasiones acostumbrados con su situación, no intentan demostrar si son o no culpables, simplemente son, y son gracias al espacio al que han sido conferidos, caso contrario la autoridad demuestra un código de rectitud inquebrantable, obviamente cuestionable e inverosímil.
Ripstein a mi parecer sabe retratar muy bien el espacio, sus matices, sus colores y sus componentes biológicos, este ecosistema llamado Lecumberri que estuvo vivo se muestra como un organismo en el que sus componentes trabajan para consigo mismos obedeciendo a un mecanismo metafísico que solo en las prisiones se puede apreciar.

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